FLORES AMARILLAS

EL JARDÍN                                                                                                      Charlie Tique




FLORES AMARILLAS

Tan pronto me senté frente al ordenador supe que la tarea no iba a estar fácil.

A pesar de que ya no tenía que pensar en vestirme para ir hasta la biblioteca, lo cual resultaba siempre un obstáculo, el hecho de tener internet en casa me suponía una tarea mucho más complicada. Apenas digité planta que da flores amarillas, apareció un listado de muchas flores amarillas. No fui capaz de detallar ninguna. No. ¿Cuánto tiempo tendría que pasar frente al ordenador mirando flores amarillas? Empecé a detallar sus clasificaciones pero también se me antojó complicado así que hice uso de las redes. ¡Claro! 

Era la primera vez que iba a usar Facebook como a la piedra. Ya sabes, la herramienta. Me armé del celular, al que me desnudo no pocas veces, pero ese no es el tema, y me fui a tomarle fotos a la matita. 
Paris, mi perra, me miraba de reojo. Tuve que detenerme en ella y nos quedamos abrazados un rato. Le dije que la amaba; algo que ella ya estaba harta, seguramente, de escuchar. Besé sus mejillas, tanto, que pude sentir sus huesitos, los huesitos de su cara, muy finos y delicados; a veces, me pasa que pienso en cuando se muera, le pido perdón y le agradezco; luego se me pasa y quedo feliz.

Entonces, publiqué en Facebook  tres fotos de la mata, que no sé su nombre, como para que la gente pueda comparar y esperé. 

Como suelo sufrir ataques de ansiedad, tuve que hacer lo que no quería desde el comienzo, que era ir a casa de la vecina. Katty se llama ella y le ha dado por decirme Carly, que porque la hache es muda, y se ríe. Pero es linda. Ya conozco su jardín. Es precioso. Tiene matas, muchas matas muy bien organizadas y hermosas como las que dan vida a su sala y que son especialmente cactus. Revisé Facebook, por si acaso alguien había visto mi mensaje y conocía la respuesta, pero no, no hubo notificaciones. Tocó ir donde Katty, la vecina rubia buenona, me dije.

Una trufa se cruzó por mi  camino y tuve que agarrarla. El sonido del papel de su envoltura me encantó, yo creo, como a Paris cuando escucha la bolsa de pan y el primer mordisco me supo a gloria. Me di cuenta, a través de la ventana, de que había otra rama suplicante sobre el piso del balcón. ¿Cómo no lo noté cuando curé la otra? Me lamenté pero también era importante saber cómo era su nombre y me quedé pensando entre lo uno y lo otro sin lograr ponerme de acuerdo, pero eran mis piernas, no me respondían. Simplemente me quedé quieto. No fui donde Katty y desatendí a mi plantita porque las piernas no me respondían. 
Como no me respondían, me puse a pensar y me acordé de la señora Elizabeth. ¿Habría sido ella? Y me pareció muy extraño porque ella siempre  me demuestra que quiere a Paris, porque me habla con amor y entusiasmo de sus perros o, al menos, es lo que me hace creer y nunca me ha hablado de sus plantas. Voy a exigirle que tenga más cuidado. Se las voy a presentar para que las trate como debe ser.
Se hacía imperativo averiguar el nombre



Comentarios

  1. Me encanta el escrito Carli jajaja, ennun lapso tan corto cuantas imagenes, :)

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  2. Me encantó cada frase y cada palabra que me llevó a vivir la historia en carne propia. Sin duda alguna tu gran habilidad con la escritura es impresionante. Me encanta lo que escribes, sigue así mi gran amigo.

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    1. Gracias por tu apreciación. Comparte con quienes sabes que les gustará



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  3. Me encanto y me transporto a ese instante

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    1. Gracias por leer y por comentar. Ya agradezco que cubiertas con tus mejores amigos

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  4. Me encanta, muchas imágenes, esto hace que uno se imaginé cada cosa y la viva.

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